¿Es posible la planificación económico-financiera en las PYMES?
Es habitual escuchar a los directivos de PYMES que “no hacemos presupuesto porque no se cumple” o que “no tenemos recursos para hacer una planificación financiera”. Ante esta perspectiva, ¿cómo debe justificarse la necesidad de un presupuesto o una planificación financiera a largo plazo que aún es más compleja?
De hecho, se puede decir que siempre existe un plan, aunque sea simplemente un esbozo in mente (del empresario, gerente, socios o equipo directivo) sobre las expectativas a medio y largo plazo en cuanto a cuestiones básicas.
De entrada un presupuesto no ha de considerarse simplemente como unos estados financieros previsionales sobre el futuro estimado de una compañía. Éste debe entenderse como un plan de operaciones y recursos en una empresa, que se formula para lograr en un cierto periodo los objetivos estratégicos establecidos. El error es considerar que el seguimiento mensual del presupuesto sólo nos permite ver el grado de cumplimiento de la hoja de ruta trazada. Y es que el mayor valor que nos proporciona el presupuesto es el TIEMPO.
Disponer de tiempo de reacción para poder acometer antes acciones correctoras puede ahorrar centenares de miles de euros o aprovechar rápidamente oportunidades de negocio y aumentar los beneficios. Por ejemplo, no detectar una reducción en la entrada de pedidos de clientes puede hacer que se tome la decisión de ajustar la producción 1 o 2 meses más tarde y tener que soportar unas cuantiosas pérdidas que podrían haberse evitado en caso de haber hecho un adecuado seguimiento y tener previsto un plan de contingencias. Por consiguiente disponer de tiempo de reacción es clave, y más en las situaciones actuales de volatilidad y cambios continuos en los mercados.
La tendencia en la gestión económico-financiera de las empresas va en esa dirección. A lo largo de mi trayectoria profesional he podido observar cómo empresas alemanas hacían, a partir del presupuesto del año, diferentes versiones del presupuesto con medidas correctoras predefinidas en caso de que los objetivos de ventas fuesen un 10% y un 25% inferiores a los planificados. O cómo en compañías aéreas se adelantaba el cierre contable al día 25 de cada mes para así poder ganar 5 días y anticiparse a los cambios. Quizás es un poco excesivo para una PYME, pero si todas las multinacionales y grandes empresas lo hacen es porque lo consideran vital para su éxito.
A la vista de lo anterior, queda patente la necesidad de la planificación económico-financiera, aunque la empresa sea una PYME. Ahora bien, hacer un seguimiento exhaustivo requiere muchos recursos, de los que sí disponen las multinacionales y grandes empresas, pero no en la misma medida las PYMES. Es en estas circunstancias de escasez de recursos dónde se debe ser lo más preciso posible para determinar las cifras e indicadores clave del negocio y así realizar un seguimiento eficaz destinando el mínimo de recursos posibles.
Para concluir quiero insistir que para una PYME es posible trabajar con las mismas herramientas de gestión empresarial que una multinacional, pero a una escala y coste menor. Es clave para su éxito.
“Desde Audria Servicios Estratégicos hemos ayudado a numerosas PYMES a mejorar su gestión empresarial y lograr sus objetivos”.