El tamaño de la empresa española
Durante el 25 fórum de auditoría organizado por el Col.legi de Censors Jurats de Comptes de Catalunya, tuvimos el placer de escuchar a uno de sus ya habituales ponentes en las sesiones plenarias, Antón Costas, ilustre economista y presidente de Circulo de Economía. Para los que ya hemos disfrutado con anterioridad escuchando sus consejos y lecciones de economía, no es la primera vez que insiste en la relación directa entre la productividad de las empresas y su tamaño. Se trata de hacer política industrial en positivo, y por tanto las medidas que favorezcan el aumento en el tamaño medio de la empresa española, permitirán aumentar directamente su productividad y en consecuencia nuestra competitividad en el exterior, I+D, rentabilidad y estabilidad laboral.
En este sentido, recientemente se ha publicado un estudio titulado “la empresa mediana española”, elaborado por el Círculo de Empresarios, con la colaboración de BBVA Research y de Informa en el que se indica que el número medio de empleados por empresa es en España de 4,6 la mitad que en países como Reino Unido o Alemania. Las pequeñas y medianas empresas han perdido tamaño en España, constituyendo el 4,8 y 0,6 por ciento respectivamente. Uno de los datos más reveladores, según el estudio, la relación directa entre tamaño y contribución a la producción (Valor añadido bruto, VAB). Por ejemplo, mientras que las micropymes suponen el 40,5% del empleo español, su participación en el VAB es solamente del 28%. En el otro extremo tendríamos que las grandes empresas que representan el 0,7% del empleo en España y que aportan el 36% al VAB.
Pues bien, el estudio demuestra que uno de los principales problemas que provocan la falta de tamaño de la empresa española es la complejidad regulatoria y las barreras administrativas que existen en la creación de empresas. Así las exigencias administrativas que se producen en el tramo de las medianas empresas, hace que se produzca una fragmentación muy notoria entre las empresas que abarcan de los 45 a los 50 trabajadores, generándose un salto a la baja en el número de empresas a partir de 50 trabajadores.
Según los expertos, las razones por las cuales la empresa española tiene esa tendencia a la “reducida dimensión” serían entre otras, la pérdida de ayudas, las mayores exigencias regulatorias y la probabilidad de tener una inspección fiscal cuando superan una facturación de 8 a 10 millones de euros.